HIPÉRICO
Se acerca la Noche de San Juan, una noche mágica, y el post de hoy tratará de una planta igual de mágica, el Hipérico cuyas propiedades se conocen desde hace siglos. Además os enseñaré a preparar un Aceite de Hipérico para que podáis aprovechar al máximo sus virtudes. Así que continuad leyendo.
Según Dioscórides el Hipérico no debería faltar en nuestro botiquín ya que es el mejor bálsamo para la piel, es una de las plantas medicinales más importantes desde la antigüedad.
En el siglo XVI Paracelso lo recomendaba como remedio para el dolor por golpes y heridas. En el siglo XVIII se la conocía como Hierba Militar por ser muy apreciada por los soldados.
También se le atribuían propiedades mágicas ya que, se suponía que, protegía de tentaciones diabólicas y ahuyentaba a los malos espíritus y al diablo al quemar sus flores. De ahí el nombre con que se la conocía en la Edad Media, “espantademonios”. Y si además se la colgaba en los tejados, evitaba los rayos y los incendios.
Los celtas colgaban ramas de esta planta en las ventanas para proteger las casas de las malas intenciones de duendes y seres mágicos.
Se la consideraba la planta de la luz, por coincidir su floración con el inicio del solsticio de verano. Y debía recogerse en la noche de San Juan, por ser el día más largo del año y ser el día que mayor cantidad de luz recibía, además su color amarillo dorado recuerda la luminosidad del sol. El origen de su nombre tiene varias leyendas, según una de ellas viene del griego de Hiperión, el Titán de la luz celestial (hijo de Urano “el Cielo” y Gea “la Tierra”).
En la actualidad, las maravillas de esta planta no han caído en desuso. La composición química del hipérico es muy compleja y muchas son sus propiedades medicinales. Entre sus principios activos destaca la “hipericina” (que proporciona el pigmento rojizo que tiene).Se ha demostrado que aumenta los niveles de serotonina del organismo mejorando así los estados depresivos. Actúa de forma similar a la luz del sol en el organismo, ya que su ausencia hace disminuir la serotonina dando lugar a tristeza, fatiga, cansancio, desánimo…y tanto la luz del sol como el hipérico, aumentan estos niveles de serotonina. Así que no estaban nada equivocadas las antiguas culturas considerándola la planta de la luz.
Aunque sus beneficios son amplios a nivel interno (para el sistema digestivo, nervioso, circulatorio…), me centraré en su uso a nivel externo.
Sus propiedades antibacterianas, antivíricas, antiinflamatorias, regeneradoras, cicatrizantes y ligeramente analgésicas, lo convierten en una planta imprescindible para nuestra piel. Así que prepararemos un Aceite de Hipérico para beneficiarnos de todas sus virtudes.
Aunque la primera floración se produce a finales de junio, también sigue floreciendo durante todo el verano, así que si no has podido recolectarla en San Juan no hay problema. Para recogerla debes hacerlo cuando el Sol la haya cargado de energía, a media mañana por ejemplo.
Recolectaremos las partes tiernas de la planta: flores, hojas, tallos e incluso semillas. Ya que los principios activos se encuentran en todas sus partes, concentrándose más unos principios activos que otros en cada una de ellas (por ejemplo las semillas tienen mayor concentración antibiótica).
Cuando recolectes el hipérico (o cualquier otra planta) que sea con cuidado de no dañarla, siendo consciente del regalo que te ofrece. Tampoco acabes con todas las ramas de la planta, ni con todas las plantas del lugar, coge solo lo que necesites y un poco de cada una.
Una vez recolectadas las plantas, y en el mismo día, prepararemos el Aceite de Hipérico. Asegúrate de recogerlas en una zona lo más libre de contaminación posible, que no sean las de las orillas de la carretera por ejemplo.
Ingredientes:
100 gr. de hipérico
250 gr. de aceite de oliva (o sésamo, girasol…)
Tarro de cristal
Preparación:
Podemos sacudirla con suavidad cuando la cortemos, para eliminar polvo o insectos. También podemos lavarla con cuidado y asegurarnos de que queda sin restos de agua antes de meterla en el tarro de cristal. Añadiremos el aceite, taparemos bien y dejaremos macerar durante 40 días al sol y luna, agitando cada día. Veremos como, según pasan los días, va cambiando de color hasta convertirse en un aceite rojizo.
Una vez hayan transcurrido los 40 días lo colaremos, para eliminar bien todos los restos de la planta. Luego podemos añadirle un poco de vitamina E, si tenemos, para que se conserve mejor.
Y ya podemos utilizarlo cuando necesitemos. En caso de heridas, golpes, dermatitis, problemas musculares, articulares, hemorroides, picaduras de insectos, quemaduras solares…
Es importante tener en cuenta que es fotosensible, por lo que no debe aplicarse antes de la exposición al sol, pero será perfecto que lo apliquemos cada noche, para nutrir y reparar nuestra piel, durante todo el verano.
Si queréis saber más sobre el Hipérico, el Señor Busgosu, sin duda alguna os tendrá muchas cosas más que explicar hac clic en el siguiente enlace: Propiedades, Usos y Beneficios del Hipérico