En su día compartí con tod@s vosotr@s un post en el que os mostraba la iniciación para conocer vuestro el Cuerpo Espiritual y tratar encontraros.
Pues bien,después de tratar de encontrar quien no somos, ¿qué tal si seguimos profundizando un poco más para conectar con nuestra verdadera Esencia?
Como localizar tu Cuerpo Espiritual
¿Dónde está, en tu cuerpo físico? Dices mi mano, mi pierna, mi estómago… pero en realidad no eres ni mano, ni pierna…, no estás en ninguna parte del cuerpo físico. Si te falta alguno de tus órganos o una pierna, brazo etc., no has dejado de ser tú, como explicaba en el post Tu decides sobre tus emociones, tú no eres tu coche.
Si sigues buscando, tampoco eres tu cuerpo emocional ya que no eres rabia, ni tristeza… aunque sientas esas y otras emociones, no son tú. Volviendo a la comparación del coche, tú no eres la música de tu coche.
- ¿Y eres tu mente?
- ¿Estás en tu mente intelectual, la que aprende, memoriza, la que está llena de conocimientos, de pensamientos, de preocupaciones…?
- ¿Eres la mente que al subirse al coche solo decide a dónde ir, qué camino tomar…?
Entonces si no te encuentras en ninguno de ellos, ¿dónde está tu cuerpo espiritual si no está en tu cuerpo físico, ni emocional, ni mental? El cuerpo espiritual es el que logra la armonía de estos tres, el que es intemporal.
BÚSCATE CON EL RECUERDO
Trata de recordarte años atrás, hace 15 años, y trata de recordar cómo te sentías entonces, conecta con esa época, cómo sentías en tu interior. Vete más atrás aún, a tu juventud, luego a tu niñez… Observa desde tu interior más profundo cómo te sentías en cada una de esas etapas. Cierra los ojos y trasládate a cada una de ellas.
Si observas, verás que lo que ha ido cambiando con el paso del tiempo es tu cuerpo, son tus conocimientos, tus costumbres, pero tu verdadera Esencia sigue ahí. Aunque tu cuerpo haya cambiado envejeciendo, tu mente haya cambiado llenándose de todo tipo de ideas, conocimientos, creencias… y tus emociones sean distintas, hay algo que es común en todas esas etapas y que no ha cambiado.
Ese es tu cuerpo espiritual, el que siente la ternura de un niño, la compasión, el amor incondicional…, el que no se ve afectado por la mente, por creencias, por imposibilidades físicas, ni emocionales, esa parte que siempre está dispuesta a ayudar, que siempre surge cuando alguien necesita de ti, esa parte que solemos decir que “sale del corazón”, ese instinto natural que desea ayudar y que lamentablemente en muchas ocasiones solo sale a la luz cuando surge una desgracia.
Ese es quien realmente eres y que está la mayor parte del tiempo oculta, cuantas veces has sentido la necesidad de hacer algo y tu mente te ha frenado pensando por ejemplo “no hagas el tonto, que van a decir…”o te han parado las emociones por vergüenza o rencor…, incluso tu cuerpo físico “estoy cansado, no puedo…”
Todo esto cambia cuando lo haces por alguien que amas de verdad y entonces no hay barreras, no escuchas a ninguno de ellos, solo a tu ser interior. Pero lo vemos como algo natural en esos casos.
Tu cuerpo espiritual es quien eres.
Es importante conocerlo y meditar sobre ello para poder desarrollar más esta parte de ti que está escondida y dejar de ponernos trajes, para tratar de ser siempre nosotros mismos, sin permitir que la mente, las emociones… nos saboteen.
Desarrollar más la empatía hacia todos y la compasión, comprendiendo que todos somos iguales, todos estamos igual de perdidos en el camino del descubrimiento, pero si vamos empezando a encontrarnos a nosotros mismos, podremos empezar a comprendernos y a comprender a los demás, pudiendo así desarrollar más paciencia y tolerancia con los que aún no han empezado el camino o lo desconocen.
También nos ayudará a evitar una gran cantidad de sufrimiento, pasando a ser observadores de nuestras emociones y actos en lugar de actores.
DIBUJOS DEL POST
Tengo que dar las gracias a Almasu Awen por sus dibujos, si quieres ver más, puedes hacerlo en los siguientes enlaces:
